Solo para padres









¿CÓMO AYUDAMOS A LOS NIÑOS A CONCENTRARSE?
10 PAUTAS PARA FOMENTAR LA CONCENTRACIÓN
1. Es importante comenzar el entrenamiento en concentración desde una edad temprana para que adquieran el hábito.
2. Emplea periodos cortos de tiempo, en los que el niño se mantendrá realizando una tarea. (comienza por unos 10 minutos y poco a poco aumentamos el tiempo)
3. Prepara el espacio, déjalo libre de estímulos distractores (TV, videojuegos, etc.).
4. Ten en cuenta las horas de sueño y las preocupaciones que pueda tener, ya que dificultaran la concentración.
5. Haz que se centre en una sola tarea o parte de la misma cada vez.
6. Cuando le expliques algo, mantén el contacto visual.
7. Haz que se dé cuenta de cuándo empieza a perder la concentración y por qué le ocurre, pregúntale y hazle pensar en ello.
8. Enséñale estrategias para recuperar la atención (cambiar de tarea, dividir la actividad en partes, hacer un pequeño descanso, seleccionar lo más importante de la actividad) y para dejar a un lado preocupaciones (enséñale a que se diga a sí mismo “esto otro no puedo solucionarlo ahora, primero termino mi tarea”).
9. Refuerza sus logros por pequeños que sean con felicitaciones, para que se dé cuenta de que lo ha hecho, de que ha mantenido la atención y por lo tanto es capaz de seguir haciéndolo).
10. Sé comprensivo y paciente. Ten en cuenta que es una habilidad que se adquiere poco a poco, no esperes grandes logros en poco tiempo.

Celia Rodríguez Ruiz
Psicóloga y Pedagoga





Interesante conferencia sobre la importancia del altruismo, la empatía y el optimismo en la educación de niños y adolescentes. Pincha 



ADOLESCENCIA
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la adolescencia como «el período de la vida que transcurre entre los diez y diecinueve años de edad«. Constituye una fase de desarrollo psicosociosomático, situada entre la infancia y la edad adulta.
La palabra adolescencia proviene de la raíz indoeuropea al- 'nutrir', 'crecer', de la cual se derivó la voz latina alere 'nutrir', 'alimentar', que dio lugar a alescere 'crecer', 'aumentar'. A partir de esta última, unida al prefijo ad-, se formó el verbo adolescere 'crecer', 'desarrollarse', y por último, del participio presente de este verbo, adolescens, -entis 'el que está creciendo', se formaron en el siglo XIII las palabras francesas adolescent y adolescence, que muy pronto llegaron al español como adolescente y adolescencia, respectivamente. 
La palabra adulto también se deriva del verbo adolescere —más precisamente de su participio pasivo adultus 'el que ha crecido'—, introducida en nuestra lengua a finales del siglo XV. (La página del idioma español).




Informe de Save the children sobre maltrato infantil






Pautas para ayudar a los pequeños a que hagan sus deberes.
1. Explica al niño/a porqué es importante que haga sus deberes. Hazle saber que para aprender las cosas tenemos que esforzarnos, si practicamos los conocimientos que aprendemos en clase, los  dominaremos con facilidad.
2. Desde una edad temprana fomenta que el niño/a adquiera hábito de estudio. Procura que se siente en su silla y su mesa sin distracciones durante períodos de tiempo, para hacer alguna cosa (un dibujo,  lecturas, tareas escolares)
3. Establece una hora y lugar para hacer los deberes. Lo adecuado sería un rato después de salir del colegio,  dándole un tiempo para descansar y sin que se haga demasiado tarde, y en la habitación del niño/a  donde tendrá su mesa y su silla sin distractores. De esta forma las tareas escolares se convierten en una rutina y el niño/a las acepta como parte de la rutina diaria.
4. Antes de comenzar, ayuda al niño/a a que planifique sus tareas,  para que  no le ocupe más tiempo de lo deseado. En un principio ayuda al niño, mas adelante debe ir haciéndolo solo sin    guía.
5. Ayuda al niño/a, pero déjale autonomía. Puedes guiarle pero tiene que ser él mismo el que haga sus deberes, dale consejos, guíale para que piense (usa las preguntas), pero no le des la respuesta. Revisa que los haya hecho pero no los corrijas, en cualquier caso haz que se autocorrija (puedes decirle revisa esto que hay algún fallo).
6. Refuerza las cosas que haga bien y en un tiempo adecuado. Busca lo positivo y evita las críticas, para que esta actividad no se convierta en un motivo de discusión, de manera que el niño lo vea de antemano como algo negativo. Anímale y no le critiques.
7. Si son demasiadas tareas o estas requieren mucho esfuerzo, establece tiempos de descanso, para que el niño/a no se sature.
8. Fomenta el desarrollo de la responsabilidad y autonomía del niño/a. Premia su dedicación, su esfuerzo y compromiso, utiliza premios no materiales, como ir al cine el fin de semana, dale un postre que le guste, etc.….
9. Hazle ver los beneficios que consigue con la realización de las tareas.
10. Si es necesario deja que se equivoque, no entres en discusiones con el pequeño. Y ayúdale a aprender de su error.
Celia Rodríguez Ruiz
Psicóloga y Pedagoga



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¿Qué hacer en verano?



El niño que no sabía jugar
Ana María Matute

Había un niño que no sabía jugar. La madre le miraba desde la ventana ir y venir por los caminillos de tierra con las manos quietas, como caídas a los dos lados del cuerpo. Al niño, los juguetes de colores chillones, la pelota, tan redonda, y los camiones, con sus ruedecillas, no le gustaban. Los miraba, los tocaba, y luego se iba al jardín, a la tierra sin techo, con sus manitas, pálidas y no muy limpias, pendientes junto al cuerpo como dos extrañas campanillas mudas. La madre miraba inquieta al niño, que iba y venía con una sombra entre los ojos. «Si al niño le gustara jugar yo no tendría frío mirándole ir y venir». Pero el padre decía, con alegría: «No sabe jugar, no es un niño corriente. Es un niño que piensa».

Un día la madre se abrigó y siguió al niño, bajo la lluvia, escondiéndose entre los árboles. Cuando el niño llegó al borde del estanque, se agachó, buscó grillitos, gusanos, crías de rana y lombrices. Iba metiéndolos en una caja. Luego, se sentó en el suelo, y uno a uno los sacaba. Con sus uñitas sucias, casi negras, hacía un leve ruidito, ¡crac!, y les segaba la cabeza.



Consejos para ser felices

En Harvard, el curso con más popularidad y éxito, más que los de economía de los cuales son los grandes especialistas, es sobre la felicidad. Este curso se llama “Mayor felicidad”, y es impartido por Tal Ben Shahar. Atrae a 1400 alumnos por semestre y el 20% de los graduados de Harvard toman este curso electivo.
¿Por qué? Quizá porque este curso, basado en las últimas investigaciones de psicología positiva,  hace cuestionar creencias y supuestos arraigados en nuestra sociedad.
La vida es similar a una empresa. Una empresa tiene ganancias, costos y tendrá utilidad en la medida en que sus ganancias sean mayores que sus costos. En la vida diaria, nuestros costos son nuestras emociones y pensamientos negativos, y nuestras ganancias, nuestros pensamientos y emociones positivas. Si tenemos en balance más pensamientos y emociones positivas en nuestra vida, la empresa de nuestra vida está logrando utilidades. Una persona con una depresión prolongada, sería como una empresa quebrada. Analice cómo está su vida en cuanto a las utilidades de felicidad, ¿Está en positivo o está en rojo?
Felicidad, ese estado de plenitud y equilibrio que todo ser humano anhela como ideal de realización y bienestar y que combina una justa proporción entre lo que se es, lo que se tiene y a lo que se aspira, es y será siempre uno de los temas motores de nuestra existencia y por tanto una cuestión fundamental de estudio, que al parecer no ha escapado de la lista de asuntos abordados por las más prestigiadas escuelas de negocios.
¿Cómo lograr estar más en azul en cuanto a felicidad? 13 Consejos Clave o tips para mejorar la calidad de nuestro estado personal y que contribuyen a la generación de una vida positiva.
TIP 1
Practica algún ejercicio: (caminar, ir al gimnasio, yoga, natación, etc.). Los expertos aseguran que hacer ejercicio es igual de bueno que tomar un antidepresivo para mejorar el ánimo,. Treinta minutos de ejercicio es el mejor antídoto contra la tristeza y el estrés.
TIP 2
Desayuna: algunas personas se saltan el desayuno porque no tienen tiempo o porque no quieren engordar. Algunos estudios demuestran que desayunar te ayuda a tener energía, pensar y desempeñar  exitosamente tus actividades.
TIP 3
Agradece a la vida todo lo bueno que tienes: Escribe en un papel 10 cosas que tienes en tu vida que te dan felicidad. Cuando hacemos una lista de gratitud nos obligamos a enfocarnos en cosas buenas.
TIP 4
Sé asertivo: pide lo que quieras y di lo que piensas. Está demostrado que ser asertivo ayuda a mejorar tu autoestima. Ser dejado y aguantar en silencio todo lo que te digan y hagan, genera tristeza y desesperanza.
TIP 5
Gasta tu dinero en EXPERIENCIAS no en cosas: Un estudio descubrió que el 75% de personas se sentían más felices cuando invertían su dinero en viajes, cursos y clases; mientras que solo el 34% dijo sentirse más feliz cuando compraba cosas.
TIP 6
Enfréntate a tus retos: No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. Estudios demuestran que cuanto más postergas algo que sabes que tienes que hacer, más ansiedad y tensión generas. Escribe pequeñas listas semanales de tareas  y cúmplelas.
TIP 7
Pega recuerdos bonitos, frases y fotos de tus seres queridos por todos lados. Llena tu nevera, tu ordenador, tu escritorio, tu cuarto, TU VIDA de recuerdos bonitos.
TIP 8
Siempre saluda y sé amable con otras personas: Más de cien investigaciones afirman que solo sonreír cambia el estado de ánimo.
TIP 9
Usa zapatos que te queden cómodos: Si te duelen los pies te pones de malas asegura el Dr. Keinth Wapner, Presidente de la Asociación Americana de Ortopedia.
TIP 10
Cuida tu postura: Caminar derecho con los hombros ligeramente hacia atrás y la vista hacia enfrente ayuda a mantener un buen estado de ánimo.
TIP 11
Escucha música: Está comprobado que escuchar música te despierta deseos de cantar y bailar, esto te va a alegrar la vida.
TIP 12
Come de todo pero evita el exceso de harinas blancas y azúcar. Lo que comes tiene un impacto importante en tu estado de ánimo. Comer algo ligero cada 3-4 horas mantiene los niveles de glucosa estables, no te saltes comidas.
TIP 13
Arréglate y siéntete atractivo(a). El 41% de la gente dice que se sienten más felices cuando piensan que se ven bien. ¡Ponte guapo(a)!
Ser feliz, es al final, la construcción de un gran fondo de ahorro de experiencias significativas, pobre de aquel que guarda lo que posee en donde se corre el riesgo de perderlo todo. ¿O no?  Simplifíquese, el mundo no está  en su contra. Los que nos rodean nos quieren, cada quien a su modo. El orgullo no es un buena guía. Las personas que nos rodean no son idiotas, cada una de ellas tiene habilidades diferentes a las nuestras.
En la Universidad de Harvard no enseñan a ser feliz …allí tan solo intentan que sepamos como podríamos obtener MAYOR FELICIDAD. (Materialesparalaconvivencia).






Errores de los padres en su afán por que su hijo lea


¿Premiar por estudiar? Pincha aquí


Virginia Stowe, Educar niños felices y obedientes con disciplina positiva. Estrategias para una paternidad responsable. Ed. Oniro, 1999.

A pesar del título, que da un poco de repelús, sobre todo por lo de "obedientes", voy a resumiros el libro que ha caído en mis manos por si os fuera de utilidad. Estoy pensando fundamentalmente en los que tenéis niños pequeños, pero algunas cuestiones pueden servir con adolescentes. Por supuesto, puede ser un buen material para los profes -yo lo he leído pensando en mis alumnos presentes y futuros.

Herramientas que pueden sernos útiles:

-Dar por supuesto que el niño quiere cooperar.
-Dedicar veinte minutos diarios al niño para hacer lo que él quiera.
-Que el niño pueda tomar sus decisiones.
-Que se dé cuenta de que su buen comportamiento no ha pasado inadvertido.
-Procurar que participe en las conversaciones.
-Ofrecer algo a cambio si se le niega un deseo.
-Demostrar empatía. Ponerse en el lugar del niño.
-Esperar hasta que las emociones se hayan aplacado antes de intentar corregir una conducta.
-Dar esperanzas al niño haciéndoles saber que más adelante podrá hacer eso que quiere.
-Negociar.
-Preguntar al niño qué cree que habría que hacer para corregir un problema de comportamiento.
-Más que castigo, hay que recurrir a la pérdida de un privilegio.
-Con palizas, miedos y amenazas se puede conseguir cierta obediencia momentánea, pero el niño tiende a olvidar lo que hizo mal y busca la oportunidad para vengarse.
-El niño debe saber que hirió nuestros sentimientos.
-Hay que procurar hacer saber al chico lo que va a suceder a continuación. Así no se quejará.
-Puede ser una buena idea supervisar el juego de nuestros hijos para ayudarlos a aprender cómo deben comportarse con los otros niños.
-Hay que darles la oportunidad de hacer pequeñas cosas que ayuden a la familia.
-Los niños tienen su orgullo. No debemos hacerles quedar mal. A veces es útil que tengan la última palabra.
-Podemos utilizar teatro, humor, extravagancias para asombrarlos.
Por último, hay que tener presente que los cambios en el comportamiento llevan tiempo.

Daniel Pennac, Mal de escuela. Debolsillo


Es este un libro inaudito: una especie de ensayo-autobiografía sobre la enseñanza escrito por un mal estudiante. Por eso me parece tan interesante, porque normalmente los sesudos pedagogos que escriben volúmenes tan sesudos como ellos y los profesores que no pueden entender el desinterés de sus alumnos han sido magníficos estudiantes. Pennac ofrece una serie de datos inestimables sobre su experiencia de zoquete y sobre sus veinticinco años de actividad docente en muy diversos centros de enseñanza: tanto institutos de la periferia parisina como exquisitos centros privados.
Voy a destacaros algunos puntos que me parecen interesantes si sois profesores, alumnos, padres, antiguos estudiantes, simplemente comentaristas de la actualidad escolar o exégetas del Informe Pissa:

Los profesores nos representamos una imagen ideal del alumno, el alumno colaborador y entusiasta que se deja enseñar sin dar problemas. "La idea de que es posible enseñar sin dificultades se debe a una representación etérea del alumno. La prudencia pedagógica debería representarnos al zoquete como al alumno más normal: el que justifica plenamente la función de profesor puesto que debemos enseñárselo `todo´, comenzando por la necesidad misma de aprender."
Los malos alumnos, alumnos fracasados, delincuentes de las aulas, etc. suponen un porcentaje mínimo del total de los alumnos, pero los medios de comunicación destacan las noticias referentes a ellos dando la sensación al resto de la sociedad de que nos hallamos ante un peligro terrible.
"Hoy en día existen en nuestro planeta cinco clases de niños: el niño cliente entre nosotros, el niño productor bajo otros cielos, así como el niño soldado, el niño prostituido y, en los paneles curvos del metro, el niño moribundo cuya imagen, periódicamente, proyecta sobre nuestro cansancio la mirada del hambre y del abandono. Son niños, los cinco. Instrumentalizados, los cinco."
Muchos de esos malos estudiantes carecen de confianza en sí mismos porque sus profesores y su familia les han estado repitiendo que no llegarán a nada, que tendrán una existencia sin porvenir. "Algunos chicos se persuaden muy pronto de que las cosas son así, y si no encuentran a nadie que los desengañe, como no pueden vivir sin pasión, desarrollan, a falta de algo mejor, la pasión del fracaso".
"El mal alumno nunca se vive como ignorante. Yo no me sentía ignorante, me sentía gilipollas, ¡y es muy distinto! El zoquete se vive como indigno, o como anormal, o como rebelde, o tal vez le importa un bledo, se vive como si supiera un montón de cosas distintas a las que pretendéis enseñarle, ¡pero no se vive como alguien que ignora lo que vosotros sabéis! Se harta muy pronto de vuestro saber (...) La ignorancia le parece su naturaleza profunda. No es un alumno de matemáticas, es una nulidad en matemáticas."
El pasotismo que exhibe algunas veces el mal estudiante o el desprecio por la materia pueden proceder de un sentimiento de humillación que a veces convierte en odio a los profesores y desprecio por los buenos alumnos.
El adolescente tiene una concepción del tiempo muy distinta a la de los mayores: "Hablarle del porvenir es pedirle que mida el infinito con un decímetro (...) Al escucharles no podía hacerme la menor representación del tiempo, sencillamente les creía: cretino para siempre jamás".
El temperamento del alumno es una variable importantísima en el éxito o fracaso escolar: "Cuando me encuentro a veces con un antiguo alumno que se declara feliz por las horas que pasó en mi clase, me digo que en ese mismo momento, por la otra acera, tal vez pase otro para quien yo fui el aguafiestas de turno."
Otra variable importante es el ritmo de madurez, que en cada alumno es diferente.
No se arregla nada sermoneando. "De esa desventura tantas veces repetida, conservo la convicción de que era preciso hablar con los alumnos en el único lenguaje de la materia que yo les enseñaba. ¿Miedo a la gramática? Hagamos gramática. ¿Falta de apetito por la literatura? ¡Leamos!". Se trata sobre todo de salvar al alumno, de sacarlo del círculo vicioso en el que se encuentra: "Acabar con el cero en ortografía, por ejemplo, es escapar del pensamiento mágico. Se rompe un maleficio".
El profesor tiene un importantísimo papel en el éxito o fracaso escolar. No debe caer en la tentación de culpar a otros: la falta de base, el escaso interés de los padres... Debe estar en la clase en cuerpo y alma, totalmente implicado: "La presencia de mis alumnos depende estrechamente de la mía; de mi presencia en la clase entera y en cada individuo en particular, de mi presencia también en mi materia, de mi presencia física, intelectual y mental, durante los cincuenta y cinco minutos que durará mi clase." El buen profesor, como sus antiguos tres o cuatro profesores que lo salvaron "tomaban en consideración tanto a sus buenos como a sus malos alumnos, y sabían reanimar en los segundos el deseo de comprender. Acompañaban paso a paso nuestros esfuerzos, se alegraban de nuestros progresos, no se impacientaban por nuestras lentitudes, nunca consideraban nuestros fracasos como una injuria personal y se mostraban con nosotros de una exigencia tanto más rigurosa cuanto estaba basada en la calidad, la constancia y la generosidad de su propio trabajo". Eran profesores muy distintos, pero todos tenían una característica común: "Jamás soltaban la presa (...) Esos profesores no compartían con nosotros solo su saber, sino el propio deseo de saber".
"El gran defecto de los profesores sería su incapacidad para imaginarse sin saber lo que saben. Sean cuales sean las dificultades que han debido superar para adquirirlos, en cuanto los adquieren sus conocimientos se les vuelven consustanciales, los perciben como si fueran evidencia (´¡Pero es evidente, vamos!´), y no pueden imaginar que sean por completo ajenos a quienes, en ese campo preciso, viven en estado de ignorancia."
Leer puede ser una tabla de salvación para muchos adolescentes. "Necesitaba un mundo propio, y fue el de los libros. En mi familia, yo había visto, sobre todo, leer a los demás: mi padre fumando su pipa en el sillón, bajo el cono de luz de una lámpara, pasando distraídamente el anular por la impecable raya de sus cabellos y con un libro abierto sobre las piernas cruzadas (...) Había bienestar en aquellas actitudes(...) Leyendo, me instalé físicamente en una felicidad que aún perdura."


José Antonio Marina, Aprender a vivir. Ariel.


Algunas ideas de este magnífico libro que nos servirán para ayudarnos a educar.

(1)
-Las relaciones entre iguales. "Al hacerse mayores, los niños pasan cada vez más tiempo con compañeros y menos con adultos (...). La influencia del grupo de iguales va siendo cada vez mayor (...). Harris cree que lo que tiene efectos permanentes sobre la personalidad es el modo de ser considerado dentro del grupo (...) Si uno se siente rechazado, crece la inseguridad y baja la autoestima (...) Suelo decir a los padres de mis alumnos: si te interesan las notas de tu hijo, debes interesarte por las notas de los amigos de tu hijo(...) ¿Por qué unos niños tienen más amigos que otros? (...) Es probable que las relaciones dentro de la familia favorezcan la sociabilidad o la entorpezcan.
-"Debemos recuperar la idea de "capital social": la comunidad se implica, vela por sus miembros, por ejemplo haciendo que los niños respeten a los adultos, confiando en los vecinos o preocupándose por el absentismo escolar."
-La matriz personal. Los niños nacen diferentes, con distintos temperamentos, lo que deben tener en cuenta los educadores, porque habrá preferencias distintas y diferentes estilos de aprendizaje.  "El nacimiento se parece al comienzo de una partida de póquer. En ambos casos nos reparten unas cartas que no podemos elegir, y que pueden ser mejores o peores. Afortunadamente, ni el juego ni la vida terminan ahí. No siempre gana el jugador que ha sido más afortunado en el reparto. Suele ganar el que juega mejor. Pues bien, lo que vamos a intentar mediante la educación es que el niño juegue de la mejor manera posible con las cartas que tiene".
-Las predisposiciones. "Las capacidades cognitivas básicas están influidas genéticamente. Algunas habilidades parecen estarlo más que otras (...) Suele decirse que alrededor  del cincuenta por ciento de la diferencia en inteligencia cognitiva se explica por la herencia. Hay una serie de funciones básicas (...) La capacidad o incapacidad que tiene el niño de concentrar la atención, de administrar la memoria, de manejarse con el sistema lingüístico, de ordenar su conducta en el espacio y el tiempo, de usar su sistema motor, su pensamiento abstracto y su comportamiento social. La diferente dosificación de estas funciones básicas constituye el perfil cognitivo de la matriz personal. Levine es optimista: A cada perfil le llega su oportunidad tarde o temprano. Los niños son capaces de modificar sus virtudes y defectos con el tiempo. Los padres no se deben desanimar".
-La atención. "Es fundamental aprender a controlar la atención. Los animales seleccionan los estímulos; los seres humanos podemos poner la atención incluso en aquello que, en sí mismo, es incapaz de captarla. Muchas veces el fracaso escolar deriva de no haber sido adiestrados en sus hogares para prestar atención."
En resumen, existe una personalidad matriz, que no es determinante sino que depende el éxito o el fracaso del buen ajuste con el medio." El ajuste es bueno cuando ayuda a desarrollar los recursos del niño, por ejemplo, una persona con dificultades para mandar hará lo posible para no aceptar un puesto ejecutivo (...)
-Los recursos morales.
Voluntad: motivación dirigida por la inteligencia. "Lo malo es que las soluciones más inteligentes pueden resultar costosas. Adelgazar es una solución óptima para un obeso y estudiar lo es para un estudiante. Sin embargo, lo agradable es comer y jugar al fútbol(...) Los hábitos vienen en nuestra ayuda(...)Si tengo el hábito de la lectura, voy a leer sin esfuerzo."
En definitiva, se trata de recuperar las virtudes (orgullo, nobleza, creatividad...) para prolongar nuestra inteligencia.
-Los recursos fundamentales. "Voy a seleccionar 12 recursos fundamentales que componen un primer retrato del buen carácter (...) universalmente aceptados:
1º La seguridad básica. "Hay personas seguras e inseguras, optimistas y pesimistas, resistentes o vulnerables, que claudican con facilidad o que perseveran (...) El niño aprende a confiar cuando es cuidado de forma constante y cálida. Sin embargo, esa confianza debe rediseñarse en cada etapa de crecimiento (...) Relacionado con el sentimiento de seguridad está el sentimiento de ser autor, de decidir. En hebreo, el nombre Neftalí significa ´el que gana sus propias batallas (...). Todos deberíamos llamarnos , de segundo nombre, Neftalí". "Educando con calidez y control los niños tienen más facilidad para recuperarse de los problemas."
2º El equilibrio afectivo: el temple. El equilibrio no es sinónimo de mediocridad. No es aconsejable la pasión. "Hay pasiones terribles. La pasión por el dinero, por el poder, por el dominio, los celos, la pasión de la venganza, la del juego (...) Toda pasión produce una visión en túnel, coloca unas anteojeras en nuestra mirada, lo que está fuera no existe."
"Entre los recursos de una persona se encuentran el ánimo, la vitalidad, la capacidad de entusiasmo (...) El atemperamiento a la realidad es lo que los antiguos griegos llamaban sophrosine y los latinos templanza. Casi todas las culturas han valorado la serenidad como gran recurso. Se opone a la angustia, la inquietud, la intranquilidad. Unas veces hay que ser flexible y otras rígido, unas veces tolerante y otras intolerante, unas rápido y otras lento".
3. La sabiduría. Es la inteligencia práctica. "Se encarga de elaborar un sistema de creencias correctas sobre el mundo, sobre los demás y sobre uno mismo". Saber sacar provecho de los errores es una gran demostración de inteligencia. Lo contrario es la estupidez, que deriva de persistir en el error. La sabiduría no es un saber teórico sino práctico.
4. La fortaleza. Quien vive huyendo difícilmente puede alcanzar la felicidad  o la dignidad. La valentía es una decisión y, cuando se prolonga, un hábito, una virtud. No podemos dejar de sentir miedo. Tan solo podemos no escuchar sus indicaciones si hay razones para ello. El valor consiste en no dejar de hacer algo bueno por causa de la dificultad que entraña. La pereza, por ello, es un tipo de cobardía. En la actualidad se habla mucho de "resiliencia", la capacidad para soportar los embates de la fortuna y para recuperarse de los traumas. A esto se le llamaba "paciencia". "Paciente es el que no se deja arrastrar por la presencia del mal a un desordenado estado de tristeza " (Tomás de Aquino).
5. La diligencia. Es el antídoto contra la pasividad y la inercia. "Desde el punto de vista educativo me interesa mucho (...) la procrastinación, el vicio de dejarlo todo para el día siguiente (...) El temor a realizar una tarea consume más tiempo y energía que hacer la tarea en sí. "Diligencia" procede de diligere ´amar`, es la actividad propia del amor, es decir, el ajuste de la actividad al cuidado de lo valioso.
6. La autonomía responsable. "La educación de la responsabilidad resulta difícil en la actualidad, porque es víctima de una compleja conjura de la irresponsabilidad que presiona sobre la juventud (...) Me pasma el aplomo con que se repite una frase muy estúpida: "Tengo derecho a equivocarme". Es como si alguien dijera: "Tengo derecho a estar enfermo". Se tendrá derecho a elegir la propia vida (...), pero el error siempre será una mala consecuencia de un derecho, pero no un derecho en sí. Por otra parte, se está transfiriendo la responsabilidad a la sociedad".
7. La creatividad. Crear es hacer que algo valioso que no existía exista. "La creatividad está claramente relacionada con la resolución de problemas". 
8. La alegría. "Hay un aprendizaje de la alegría. La alegría amplía las capacidades del ser humano, amplía el ánimo, es decir, lo contrario de la angustia, que lo oprime."
9. La sociabilidad. Se debería construir un sistema de buenas relaciones con los demás. "Todos necesitamos estar amparados por una cálida red social (...) La sociabilidad se basa en la creencia de que las otras personas pueden ser fuente de satisfacciones,  y no solo de decepciones, exigencias y amenazas.
10. La compasión. Es sentirse afectado por el dolor de los demás. Es el fundamento de la solidaridad. "Los primeros códigos jurídicos consideraban que no podía haber justicia sin compasión.(...) La compasión incita a una conducta de cuidado, de lucha mancomunada contra el dolor, de la que todos resultamos beneficiarios".
11. El respeto. Es el sentimiento adecuado hacia todo lo valioso. "Nuestro modo de vivir se basa en el reconocimiento que los demás hacen de nuestra dignidad (...) y, también, en el reconocimiento que hacemos cada uno de nuestra propia dignidad." Necesitamos respetar y ser respetados. "Yo, como persona, soy intrínsecamente valioso, a pesar de mi desastrosa conducta".
12. Sentido de la justicia. "Parece ser que el sentimiento de la justicia se da espontáneamente en los niños, que saben distinguir las transgresiones a un reglamento de las transgresiones a la justicia."
II. La personalidad elegida. 
¿Deriva la acción de la personalidad humana como deriva el comportamiento animal de la suya? A partir del carácter, a cada persona se le presenta el problema de elegir su modo de actuar y su identidad. Ambas cosas van a componer su personalidad elegida. 
Para definir el carácter es fundamental la idea que uno tiene de sí mismo. "Los adolescentes -y también los adultos que no se han resignado a la facticidad- suelen distinguir entre su yo real y su yo ideal. Esta decisión puede causar problemas si existe una excesiva diferencia entre ambos, o si el yo ideal está falseado. ¿Qué le sucede a una chica anoréxica? Que su aspecto ideal está equivocado (...)" El adolescente recurre a los modelos sociales que se le presentan, que pueden ser constructivos o destructivos. "La sociedad occidental actual ha dificultado y vuelto más urgente la búsqueda de la identidad, porque propugna una individualización feroz. No hay roles sociales, no hay identidades definidas, no hay modelos morales, hay un contradictorio politeísmo de valores y cada cual tiene que elegirse de arriba abajo". Muchas personas que no saben qué identidad tomar buscan identidades monolíticas, religiosas, políticas o nacionales. "Es lo que Fromm llamó miedo a la libertad". Tenemos que decidir continuamente, "por eso resulta tan urgente que nuestros niños aprendan a vivir esa autonomía, llena de posibilidades y de riesgos".
-La personalidad y la acción. Cada vez tiene más importancia el concepto de "meta".
-La estructura del proyecto. "El proyecto es una apertura de posibilidades. Lo real no nos basta (...) La inteligencia inventa sin parar posibilidades reales, que no son fantasías, sino ampliaciones que la realidad admite (...)  Hay niños a los que hemos reducido tan dramáticamente sus recursos que su ámbito de posibilidad va a estar minúsculo".
Las posibilidades son enormes: escribir una novela, ir al cine, fundar una familia, montar un negocio, saltar en paracaídas, tener un hijo... La inteligencia "embarcada en proyectos rutinarios se convertirá en inteligencia rutinaria; embarcada en proyectos creadores, se convertirá en inteligencia creadora."
Nuestra meta última es la felicidad, pero la felicidad es el resultado de otras actividades, que proporcionan bienestar y amplitud. No jugamos para ser felices, sino que somos felices jugando. Buscando la felicidad, el ser humano encuentra la nobleza. 
El niño que nace es una fantástica cosmogonía. "La psicología emergente que propongo tiene que completarse con una pedagogía de la posibilidad y la creación. Frente a una cultura de la impotencia, que se rige por lemas miserables -así es la vida, no hay más cera que la que arde, piensa mal y acertarás- el niño nos reclama una cultura del ánimo y la grandeza. Cada vez que dice: ¡Mira lo que hago!, nos está indicando una forma de vivir, circense y estimulante. Se siente orgulloso de su acción y quiere que los demás compartan su orgullo."
"Pero el niño entra en un  mundo adulto escaldado y escéptico (...) Intoxicados por el desencanto o la decepción, los mayores imponen su sensatez cansada a los pequeños. Les transmiten la idea de que somos seres miserables (...) Hemos de educar al niño para una vida feliz y noble". También nosotros necesitamos sentir que gracias a nosotros algo valioso que no existía existe.
"Les invito a una cálida revolución desde la infancia (...) creando un mundo acogedor."
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Alba García Barrera, profesora de Psicología de la Udima, propone este listado de consejos, dirigido a padres y educadores, con el objetivo de que puedan entablar y desarrollar una comunicación de calidad y positiva con los niños y adolescentes.

Consejos para tratar con adolescentes:


1) Tenga cuidado con lo que les dice: Debemos ser conscientes de que nuestras palabras tienen mucho poder en las personas, a veces incluso más que la fuerza, por lo que si no las usamos de forma adecuada podemos hacerles mucho daño.
2) Evite prejuzgarles: Muchas veces encasillamos a los demás antes de darles la oportunidad de hablar o de actuar. Solemos juzgar y etiquetar prematuramente. En el caso de los niños esto puede condicionar su comportamiento y producirles unas heridas que pueden quedar abiertas durante muchos años si no cicatrizan a tiempo.
3) No limite su capacidad: Solemos olvidar que una persona desarrolla su autoconcepto en función de las expectativas que depositan sobre ella las personas de referencia de su entorno. Si desde pequeño transmitimos la incapacidad a hacer algo es muy probable que acabe pensando que no lo puede hacer.
4) No tienda a compararle con otros niños: Idealizar el comportamiento del hijo que suele comportarse mejor, regañarle menos y, en definitiva, tener más paciencia con él que con el que suele portarse peor puede afectar directamente al autoconcepto, la autoestima y el rendimiento de los niños.
5) Motívele: Debemos animarles y motivarles hacia el aprendizaje. Concienciarle de la importancia que tienen los estudios, y elogiar sus capacidades. Si el niño se siente capaz de hacer algo y además siente interés por conseguirlo, actuará de forma motivada y será más probable que alcance sus metas.
6) Ayúdele a desarrollar su imaginación: Este punto requiere un cierto aprendizaje. No podemos pedirles, si nunca lo han hecho y nosotros no les hemos enseñado, que lo hagan de la noche a la mañana. Para ello, desde pequeños, debemos enseñarles a enfrentarse a sus obligaciones como si fuera un juego, algo divertido.
7) Incentíveles la curiosidad por las cosas: Si favorecemos el aprendizaje a través de un ambiente estimulante, que nos resulte atractivo, interesante, etc. es más probable que el niño quiera aprender. Para ello debemos implicarnos en la actividad, y transmitirles de una forma activa y con entusiasmo, que son ellos quienes deben resolver la cuestión, los que deben pensar razonadamente. Sólo así, conseguiremos que se involucren en lo que les estamos pidiendo.
8) Muéstreles empatía: Hay en ciertas etapas que los niños y adolescentes se muestran disconformes en muchas situaciones. Dedicar un cierto tiempo a comprenderles y entenderles es imprescindible para solucionar posibles conflictos.
9) Practique la escucha activa: No debemos olvidar que en estas etapas tienen una necesidad inmensa de ser y sentirse escuchados. Debemos demostrarles que realmente le estamos escuchando y que nos interesa lo que nos tienen que contar. Darles conversación, escucharles, interesarnos por lo que les pasa, por lo que les gusta, es algo fundamental. (ABC.COM).
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Os  anoto el enlace de un vídeo muy interesante. Para los que crecimos viendo a los sesudos intelectuales de La clave es duro ver a lo que hay que recurrir para captar la atención, pero el contenido es muy interesante. Muchos docentes sentimos una gran preocupación por la pérdida de la creatividad que van padeciendo los niños con el paso de los años. Si comparamos a un alumno de primer curso de Eso con otro de tercero o cuarto, es evidente que con los años se vuelven menos espontáneos, que se "protegen" más, que no se arriesgan, aunque su espíritu creativo sigue ahí, dormido. Es muy difícil cumplir programaciones y despertar la creatividad, pero esa debe ser nuestra lucha, acompañados siempre del trabajo en casa, de la labor de los padres. Si tenéis un rato, ved el vídeo. Merece la pena. ¿La escuela mata la creatividad?Aquí.

Una dirección muy interesante para personas que quieren educar: Revista universidad de padres.

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